3.- FORMAR PROFESIONALES QUE PUEDAN FORMAR A OTROS
Profesional es el que domina un oficio, y lo domina de tal manera que puede convertirse en un maestro para otros. Es necesario que quien pretende formar parte del ministerio de la Palabra, sea un profesional en el sentido de que domina tal oficio.
4.- DESARROLLAR EN LOS ALUMNOS UNA DIMENSION ETICA
Lo que enseñamos y lo que somos debe tener una vinculación, ya que Pablo recomendaba a Timoteo “Ten cuidado de TI MISMO Y de la doctrina”. La ética debe formar parte de los Ministros de la Palabra. Esta dimensión adquiere un compromiso fundamentalmente con LA VERDAD BÍBLICA, de la cual deben derivarse todas sus opiniones, conductas, evaluaciones, creencia y prédicas.
5.-FOMENTAR UNA CULTURA DEL SABER
Una comunidad que pretende progresar en el saber no se conforma con lograr conocimientos aislados, sino que busca fomentar actitudes estables que propicien la formación vivencial en hábitos derivados de tales conocimientos, entre los que de manera especial destaca el habito de seguir aprendiendo.
6.- TRASCENDENCIA
Un proyecto educativo que no se plantea trascender su espacio local está condenado al aislamiento y a la falta de evaluación externa que le permita plantearse metas superiores y participar en la transformación de la sociedad en que desarrolla su actividad, queremos maestros y predicadores que enriquezcan el debate y la expansión de la Palabra no solo en nuestra Iglesia, sino en toda la comunidad evangélica.